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Aprende a usar el punto de fuga en tus fotos

La fotografía es un medio de expresión que usamos para captar la realidad y mostrar el mundo tridimensional que nos rodea. Sin embargo, aunque es fácil representar la anchura y la longitud, plasmar la profundidad es algo más complicado y aquí es donde entra el punto de fuga.

En este artículo encontrarás:

¿Qué es exactamente el punto de fuga?

El punto de fuga es el lugar en el que parecen converger y extenderse hasta el infinito las líneas paralelas de una imagen, sean reales o imaginarias.

Como aficionado a la fotografía, es imprescindible que conozcas la importancia de aprender a componer una imagen, ya que la clave está en disponer los diferentes elementos u objetos de manera eficaz y correcta, guiando la mirada hacia la parte más importante de la foto.

Por eso, es importante que sepas también qué es la perspectiva:

La RAE la define, en su primera acepción, como el «sistema de representación que intenta reproducir en una superficie plana la profundidad del espacio y la imagen tridimensional con que aparecen las formas a la vista». Es, pues, en el paso del plano bidimensional al 3D, donde el punto de fuga se convierte en un elemento básico.

Para entender mejor este concepto, observa la siguiente imagen:

Cómo usar el punto de fuga
Perspectiva con punto de fuga

Ahora imagina las líneas que generan los bordes de la carretera y su proyección al infinito o fondo… ¿ves el punto imaginario donde convergen todas ellas? ¡ese es el punto de fuga! 

De hecho, si analizas la fotografía, te darás cuenta de que la mirada se dirige naturalmente hacia ese lugar, lo cual contribuye a reforzar la fuerza de la imagen y su profundidad.

Este es uno de los ejemplos más sencillos para aprender a visualizar el punto de fuga, puesto que la proyección de la carretera (sea de una sola dirección o de varias) hacia el fondo, hace que parezca que el borde derecho y el izquierdo llegan a unirse completamente, aunque todos sabemos que esto no es posible.

Este recurso –que fue descubierto por los artistas del siglo XV quienes se percataron de que la sensación de profundidad y espacio se consigue a través de la perspectiva– no es otra cosa que una forma de organizar el espacio que permite que el cerebro interprete la distancia, el tamaño y la posición de los distintos elementos.

Líneas de fuga en fotografía
Encontrar el punto de fuga

Esto significa que, en cualquier imagen, ya sea una fotografía, un cuadro o un vídeo, los objetos más grandes son percibidos como cercanos; los más pequeños como lejanos; y la profundidad entra en juego gracias a la degradación de colores o tonos de la atmósfera.

Cómo usar el punto de fuga en tus fotografías

Conocer y poner en práctica el punto de fuga te servirá para mejorar tus fotografías. Al fin y al cabo, es un elemento visual con mucha fuerza, ya que, a través de dichas líneas, el espectador va a dirigir su mirada. Con ello, además de marcarle el camino, vas a dotar a tus imágenes de una gran profundidad.

Pero, ¿cómo aplicarlo? ¡Muy sencillo!

Lo primero es localizar un punto de fuga potente, es decir, un lugar con mucha profundidad (por ejemplo: un túnel, una calle, un puente o una carretera…). Ahora que ya lo tienes pensado, sácale el máximo provecho posible con estas ideas:

Estudia perspectivas diferentes

Como amante de la fotografía debes tener presente que una buena toma puede estar en cualquier parte: en edificios, en escaleras, en el bosque… y en todo aquello que pueda proporcionarte multitud de posibilidades en cuanto a puntos de fuga. La tarea no acaba aquí, lo suyo es analizar qué perspectiva queda mejor.

Y es que variar el punto de vista es una de las formas de buscar estas imaginarias líneas. De hecho, más adelante, te explicaremos cómo potenciar el punto de fuga.

Acentúa la sensación de profundidad

Cuánto más cerca sitúes la cámara del plano inferior, más destacará el efecto de profundidad en la imagen. Tomar la fotografía desde un lateral también hará que se cree dicha impresión.

Usa elementos del entorno

A veces no prestamos atención a los diferentes elementos que se repiten en una imagen como por ejemplo columnas, farolas o árboles. Dichos objetos hacen que se pronuncie la sensación de profundidad porque al estar cerca parecen más grandes, y al situarse lejos da la impresión de que son más pequeños.

Por ello, comienza fotografiando arquitectura o paisajes, ya que estos lugares te van a permitir encontrar el punto de fuga y variar el encuadre más fácilmente. Además, ofrecen muchísimas posibilidades, tanto para aprender como para innovar en tus tomas.

Cómo conseguir un punto de fuga

Dirige la mirada hacia el centro de interés

Hacer que las líneas del punto de fuga muestren el camino al espectador hacia el centro o hacia el final, hará que la imagen obtenga importancia y fuerza.

Cualquier elemento situado en el camino o propiamente en la fuga –siguiendo con el ejemplo anterior, el sol al final de la carretera– va a atraer la mirada de forma natural. En este sentido, la regla de los tercios te ayudará a encontrar el mejor encuadre.

Usa un objetivo gran angular

Como seguramente ya sabes, el gran angular es un objetivo específico con una distancia focal corta que permite retratar mayores escenas introduciendo más profundidad de campo, lo cual agranda el primer plano exagerando su perspectiva.

Para explotar al máximo el punto de fuga es interesante que adquieras uno, puesto que dicho objetivo abrirá el plano y contribuirá a que llame más la atención el punto de fuga haciendo que las líneas de la imagen tengan más recorrido y, por ende, más fuerza. Mira el artículo sobre los mejores objetivos gran angular para saber cuál comprar.

¿Cómo colocar el punto de fuga correctamente?

Quizás esta sea la parte más importante y a la que debas prestar más atención: dónde puedes situar el punto de fuga para generar diferentes efectos que pueden llegar incluso a definir tu estilo en fotografía y en cualquier otro arte como la pintura o el cine.

Aunque puedes encontrar un punto de fuga en cualquier momento, veámos algunas ideas sobre dónde colocarlo:

  • En el centro: situar el punto de fuga en el centro hace que las líneas converjan en el punto central. Ello crea una simetría muy armónica y atractiva en cualquier tipo de composición.
perspectiva con un punto de fuga
  • A un lado: si consigues que la mirada del espectador se dirija hacia un lado de tu fotografía, las líneas de esta van a adquirir mucha fuerza; más aun, si incluyes durante el recorrido o al final algún elemento de interés.
  • Fuera del encuadre: este efecto creativo invita a imaginar a dónde se dirigen las líneas. Así, el cerebro va a plantearse qué puede haber más allá de la imagen –al estilo de un final abierto en un libro o película–.
  • Dentro del encuadre: el punto de fuga puede aparecer dentro del encuadre también, pero puede ocultarse con otros elementos o en el propio horizonte.
  • Usa la regla de los tercios: es uno de los recursos fotográficos que puede contribuir a realzar el punto de fuga de forma natural. Su importancia radica en que divide una imagen en nueve partes diferentes y ayuda a ordenar los objetos dentro de esta.

Conclusión

Ahora que ya conoces qué es el punto de fuga, cómo aplicarlo y algunas ideas sobre dónde situarlo, coge tu cámara y sal a la calle a buscarlo… 

¡mantente atento, examina tu entorno y elige la mejor perspectiva y punto de fuga para crear fotografías impactantes!

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